domingo, 18 de mayo de 2008

Una noche con Chateau View

Domingo 15:28. Una porción del cerebro cuartada pero funcional escribe.







Sábado. Departamento de J. Fisco, Olivos. Están G. Bariete, N. Cortes, G. Venado y F. Ahren. Piso 18. Mas tarde quedan G. Venado y J. Fisco. En el auto G. Bariete, N. Cortes y F. Ahren manejando. Se pierden en la ruta.
La entrada del edificio de J. Fisco: avenida libertador, está custodiada por “Paco”. Paco es paraguayo, sensible, tiene novia y también tiene 40 años. Habla un español muy correcto, demasiado correcto, irritable diría. No insulta, se ríe entre dientes y parece feliz todo el tiempo. Es de las personas que reservan sus vidas con antelación, que ya tienen el pasaje y son imperturbables. Carlos Sorín lo encontraría patagónico, como su Juan Villegas en “El perro”. Paco tiene esa capacidad de exasperar, colerizar a su interlocutor con su bondad, modesta amistad y sumieses. Es la antítesis del hombre rebelde. Nunca va demasiado lejos, nunca se arroja a una duda, es la afirmación del límite de la conciencia. Es la ininterrumpida reivindicación del convenio de los cielos, el más allá exterior de la antigüedad, el culto a la fe. Cada etapa de su vida viene acompañada de la inmediata sensatez de que los cadáveres no son solo muertos, las mentiras son pecados, los hombres son sus hermanos, y etc.
A las cuatro de la mañana termina su horario. Se viste con una campera azul, simple, lisa, llana y sobria como su persona. El lapso que hay entre su retirada y el ingreso del nuevo guardia, encontró un anecdotario comentable. Paco vive en Avellaneda, y por alguna razón desconocida tuvo que trasladar un armario desde el edificio hasta su casa. Un armario de 1.60 cm de alto. Su comportamiento no podría haber sido otro. Otro que el del un enfermizo psicópata, perturbado, calculador, brujo estúpido. Lo tomó por los costados como a un bebé y se lo llevó por las escaleras a la calle, paró un colectivo y subió por la parte trasera ocupando la hilera de asientos traseros. Luego pagó un taxi de 30 pesos y caminó contento con su nueva adquisición hasta su hogar. Lo contaba orgulloso, morbosamente. Se le llenaban las comisuras de saliva y miraba a J. Fisco como buscando complicidad en su mirada.
Como cierre, su afición al ajedrez deja a descubierto su ajustada mente calculadora y depravada. No solo juega interminables partidos nocturnos, sino que repite juegos que publica el diario. Los juega metódicamente, como si moviera las piezas la orden de una ley suprema y simplemente respeta la ficha técnica.
El material del que dispone en el edificio lo convierte en un jugador desarrollado y estratega. Lo que se llama decisiones posicionales en el ajedrez, es lo que utiliza según reveló, para observar desde lo bajo de su despacho a las mujeres que se toquetean con sus novios por todo el edificio. A pesar de confesar sus artilugios fetichistas, no quiso responder a la pregunta de si se masturbaba copiosamente con esas imágenes.

Dijo ser campeón, haber ganado inexorablemente un torneo de ajedrez. Nadie le creyó. Llegó su hora.
Se fue.

El nuevo guardia: un gorila, fascista, simpático y morboso. Con las cámaras y los micrófonos instalados vigila y escucha todas las conversaciones, desde el ascensor hasta la entrada pasando por los corredores hasta la misma conciencia. Un agente de la CIA. Habló de engaños programados, especialmente de mujeres casadas (su deleite); prostitutas golpeadas (en una ocasión, el señor del 4ºC contrató el servicio y junto al otro guardia que sospechamos es Paco, la golpearon furiosamente buscando satisfacerse); dealers en el edificio; parejas fornicando en el holl de la entrada; mujeres meando en las escaleras; borrachos sumidos en cólera aporreando su moto en la vereda; adolescentes que lo mojaron con una manguera mientras limpiaba la entrada del edificio y que luego se chorreaban por lo bajo. J. Fisco le pregunta por los olores.
-No me digas que vos también- Inmediatamente se llevó la mano a la nariz
-No, no… pero mis amigos sí -Contesto veraz.
-Nadie se quejó, vos tranquilo.
-Si, si, pero te digo por las dudas -A lo que respiró.
Vuelta al departamento. Vuelta al río, vuelta al departamento. Día, sueño. Capelettini con salsa de vino, preparada por J. Fisco. Contundente y sólida comida.
A medio desmayar se movilizan G. Venado y J. Fisco.





Domingo 18:08 de la tarde. Sin dormir todavía.





Si fuera Albert Einstein escribiría “Mi visión del mundo”. Si fuera Albert Einstein ya lo hubiese escrito y entonces voy a escribir sobre radar, que no es mi visión del mundo.

Dormir tres horas, tener resaca, comprar Radar.


En la página 3 Eduardo Berti dice: Leone Battista Alberti hubiese ocupado el lugar de Da Vinci. Nació en Génova, en 1404, y murió en Roma en 1472. Fue arquitecto, matemático y poeta. También analizó las proporciones del cuerpo humano, definió las leyes de la perspectiva y estableció los cánones de la arquitectura moderna. Y otras cosas que pudieron existir pero, existió Da Vinci.

Marcia Schvartz es una mujer de los 80, surgida en la depresión del 76. Tiene un solo dibujo y es el de la página 11, simplemente vale.

El muchacho peronista: Tata Cedrón. En la foto página 13, puede verse su rostro obeso, hiper-obeso y anciano. De camisa a cuadros y anteojos. Tata toma agua mineral y es hijo de padre socialista. Puede leerse en la séptima columna el nombre de Nacho Whisky, persona a quién Ricardo Iiorio admira (puede verse en youtube, “entrevista a Ricardo dorio de Flavio, Radio Atómica).

Siguiente página: Once: película y banda de sonido. La vida es una moneda, superpone la imagen de dos no se quién son caminando por una guitarra gigante; una verdadera idiotez. No me tomo el trabajo de leer y viro a la página donde debería estar la publicidad, como si fuese la Rolling Stone. Un bigote grueso, ojos salidos de orbita: el gran Bombita Rodríguez. Diego Fischerman no dice otra cosa de lo que puede verse en www.youtube.com

El resto da sueño.

3 comentarios:

Arqueck dijo...

Yo creo que es mejor llamar a las cosas por su santo nombre si decimos J. FiAsco,G. CABaret, N. DESCortes, G. Venado y F. HArén.
Entonces se descubre el fraude del anfitrión, la imposibilidad del sexo no geerenciado del Parientti, la torpeza multisentido del abstemio telemarketer, la cornamenta víctima del autor y por último la oriental poligamia del chofer.

Suerte que no había cámaras de televisión en el hall del edificio de Libertador porque si no de seguro Bariete estallaba en el grito de que "la televisión está llena de negros cabeza, es insoportable" y proseguía con un "basta de retenciones".

YO me quedo con:

J. Fisco.- Leí en una nota que Fidel Castro es uno de los veinte hombres más ricos del planeta.
G. Venado.- Sí, ideológicamente.

Arqueck dijo...

Colgué el video de estos genios en el blog.

Arqueck dijo...

No hay dos sin tres.

Pienso que este lugar, en lugar de "estar", merece más el "haber estado"